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domingo, 16 de abril de 2017

CONOCIENDO A NUESTROS AUTORES. Hoy Antonio Miralles





Hoy Antonio Miralles Ortega

“Soy descendiente de una mujer que lucho por sobrevivir en una época oscura”.
Así de simple. Así de contundente es el comienzo del relato/ficción de nuestro autor. Así de “enganchante” se nos presenta abriéndonos las hambres por seguir leyendo.

          Es Antonio un hombre sencillo y, a la vez, complejo; silencioso de palabra y de ojos parlantes. De los de andar por la calle en día de diario, sentarse en un bar con sillas en la acera y ponerse a hablar de cualquier cosa hasta que la conversación deriva hacia el preciosismo de lo cotidiano.

Porque Antonio en un preciosista de las cosas y de las ideas, y ha plasmado su preciosismo en la literatura, desde ese Club de Lectura de Jódar que preside con verdadero tesón.

Claro que una cosa es leer empapando en las entrañas esas palabras chorreantes, como el buen miajón de pan empapa el aceite recién salido del troje, y otra muy distinta lanzarse a la aventura de escribir.

Desde que lo conocí, estuve observando a Antonio durante algunos meses, hasta llegar a la conclusión de que no podíamos perdernos el que nos contara el su propia historia, real o ficticia, pero escrita por la mano, y mirada por los ojos de quien tanto ha leído.

El resultado narrativo de Antonio Miralles Ortega fue espectacular: hizo una historia redentora de la mujer de Sierra Mágina de hace casi dos siglos.
Y es que no podemos perdernos a quienes saben mirar los aconteceres de Sierra Mágina con ojos de piedad verdadera hacia lo humano.
Si, además, son capaces de “sacar la parva” entre solano y solano, aventando granzas para quedarse con el grano limpio, entonces dejan joyas literarias como la que nos dejó él.

Ciertamente, un trabajo literario individual es un parto doloroso. Pero uno colectivo es lacerante. Ese tener que recortar y podar palabras hasta “limpiar” un texto necesita de mucha generosidad, mucha seguridad y espíritu de colaboración que solo los más grandes tienen.
Y Antonio Miralles, nuestro paisano,
–creedme-
es un grande.
Quizá porque tiene la suficiente seguridad en sí mismo como para poder aceptar sugerencias ajenas sin sentirse herido en el ego propio, o, simplemente, porque él, y la gente de Mágina, es así.
Ya lo adelanto: cuando el libro <SIERRA MÁGINA, Territorio Literario> esté en vuestras manos, y lleguéis al relato de Antonio, <LA VIDA OSCURA>, estaréis conmigo en que cualquier mujer debe agradecerle a este autor nuestro el rescatarnos de aquella oscuridad en la que tuvieron que vivir nuestras antepasadas.

Yo no pude por menos que expresarle lo que sentía leyéndolo durante la etapa de revisión de textos:

Querido Antonio: ¡LO CONSEGUISTE! Admitas o no las sugerencias de esta SEGUNDA Y DEFINITIVA REVISIÓN, has creado un relato verdaderamente REDONDO por muchos motivos: A) por el tema: que plantea algo tan espinoso como el análisis ecuánime del concepto de lo moral o lo inmoral, y la tensión emocional de los amores prohibidos en el escenario de los núcleos rurales. B) por el ensamblaje entre la historia que está viviendo el narrador y la que vivió su bisabuela, con un mensaje redentor para ambos. C) por el paisanaje: que nos lleva a saber cómo se vivían las relaciones de pareja en la Sierra Mágina en otros tiempos, y cómo, a pesar de sus “estrecheces”, los sentimientos tuvieron más fuerza que las moralinas. D) por la ágil luminosidad del relato desde el mismo y acertado título: que, sin perderse en rebuscados rodeos, si que señala a pinceladas breves y certeras –color de las ropas, textura de la piel, rubores, amapolas, fotografías en blanco y negro- la dirección que el autor quiere dar a su narración sin crear en el lector suspicacias frente a las siempre indeseadas aserciones oportunistas, demagógicas o moralizantes. E) porque respetaste la extensión del texto, dejándolo en sus páginas justas.
Quizá el cierre deja un regusto a “incompletud”, a “no-me-hagas-esto”. Yo te dejo una sugerencia. Pero tú verás si te vale o incluyes otra.
¡Mis felicitaciones! No me equivoqué al apostar por ti.

Soco

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